Lo primero de todo te recomiendo que busques un abogado externo, ajeno al mundo de las compañías aseguradoras. Los abogados privados no tenemos ningún tipo de influencia ni interés en favor de ninguna compañía de seguros. Es más, en el sector se suele pactar un tanto por ciento de la indemnización que recibe la víctima por lo que no hay que ser muy ducho para entender que a mayor indemnización mayor minuta. Por otro lado si posees una buena póliza de seguros ésta suele incluir los honorarios de abogado y procurador de elección del cliente y en el peor de los casos, si no tienes una buena cobertura, te cubrirá parte de la minuta.
Lo primero que te recomiendo es que instes la demanda cuanto antes. Nuestro genio de Ministro de Justicia está a punto de aprobar una modificación sustancial en este tipo de procedimientos, otra más de sus genialidades que pasarán a la historia, pasando de sustanciarse por el Juicio de Faltas al procedimiento de jurisdicción civil. Ello implicará dos cuestiones muy relevantes para el perjudicado: una es la más que segura aplicación de tasas judiciales ( la jurisdicción penal está exenta) y otra es la denegación del auxilio de los médicos forenses.
Los médicos forenses son profesionales de la medicina que gozan de una imparcialidad absoluta. Podemos fiarnos de que sus conclusiones son objetivas y las partes se someten a su total criterio evitando esfuerzos en confrontaciones inútiles y estériles. Al margen de casos excepcionales, claro está.
Pues bien, a partir de la entrada en vigencia de la brillante modificación procedimental, la víctima se tendrá que buscar un médico privado asumiendo los costes de sus honorarios emitiendo éste último un informe que será más que cuestionado por la compañía aseguradora obligada al pago y presentando batalla apoyada con su legión de médicos en nómina con poco interés en conocer la verdad.
Otra batalla más ganada por las poderosas compañías aseguradoras y bancarias que ya gozan de unas tablas indemnizatorias aprobadas anualmente por el Gobierno que fijan unas más que ridículas indemnizaciones para las víctimas de accidentes de circulación. Todo se encuentra tasado y preciado: un dedo, una pierna, un ojo, etc… dejando un nulo margen a abogados, fiscales y jueces en la petición del cálculo de las indemnizaciones.
Encontrarás montones de abogados deseosos de poder defenderte y obtener de esta manera la mayor indemnización posible.
Carlos Pérez Bernalte
Abogado